Si hay empresas que compran, es obvio que hay empresas que se venden. Pero los motivos para vender son diferentes de los motivos para comprar:
Compra o fusión
La pregunta que abre este capítulo dice: ¿podría comprar a mi principal competidor? La respuesta es que se deberían dar unas circunstancias muy concretas y específicas que hacen que este hecho sea poco probable. Nuestro principal competidor será una empresa de un tamaño similar a la nuestra, por lo que se trataría de una compra que nuestro balance difícilmente soportaría sin una aportación de capital. Pero podrían darse las circunstancias adecuadas si nuestro competidor tuviera:
Por lo tanto, del mismo modo que nos fijamos en los productos de nuestros competidores, también nos podemos fijar en su situación financiera. La información financiera es obligatoria y de acceso público a través del Registro Mercantil. Todas las empresas depositan las cuentas anuales cada año, y están al alcance de todo el mundo.
Plantearse la posibilidad de comprar a nuestro competidor es un ejercicio saludable que nos obliga a:
Aun siendo poco probable, la oportunidad de compra puede existir. Y si no, podemos contemplar la oportunidad de una fusión. Una fusión es una operación similar a la compraventa pero que no consume caja. Dos empresas que deciden fusionarse unen
sus negocios en uno solo, optimizando de esta forma los costes de estructura y buscando nuevas sinergias de productos, mercados y plantas industriales para ser mucho más competitivos.
Una fusión supone valorar las empresas que participan en la operación y determinar lo que técnicamente se denomina ecuación de cambio. Imaginemos dos empresas que deseen fusionarse y que se valoran en 100 y 50 respectivamente. La ecuación de cambio sería de 2 a 1, es decir, si la empresa creada a partir de la fusión de los dos negocios tiene 100 acciones, los accionistas de la primera empresa recibirían 66,6 acciones, 2/3 del total, y los de la segunda recibirían 33,3 acciones, 1/3, manteniendo así la proporción de 2 a 1.
Una fusión se puede hacer también por absorción. Es decir, en el caso anterior, la empresa más grande podría absorber a la más pequeña, haciendo una emisión de 50 nuevas acciones que serían compradas por los socios de la segunda empresa y que se pagarían con la aportación de las acciones actuales de la empresa absorbida.
La decisión sobre la estructura de una fusión tiene fuertes implicaciones mercantiles y fiscales que superan las meramente financieras
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Naming and corporate identity by Little Buddha
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