El Big Data y el IoT son las dos principales tecnologías que están entrando con fuerza en el sector empresarial. El área de corporate finance de las empresas es cada vez más consciente de los beneficios que pueden aportar. Es por ello por lo que la inversión en estas soluciones está aumentando, en búsqueda de la mejora en la productividad y los procesos.
Lo primero es conocer un poco más a fondo estos dos conceptos básicos que están revolucionando el mundo empresarial. Invertir en su desarrollo y utilizarlos de forma óptima son los principales objetivos que debemos perseguir dentro de una institución.
El Big Data hace referencia a los datos recogidos y almacenados por parte de la empresa. Pueden provenir de diferentes fuentes, tanto de consumidores como de proveedores o internos. En la actualidad, cada persona es capaz de generar 2 MB de datos por segundo, lo que permite a las empresas poseer una gran cantidad de información. Todos ellos deben ser ordenados y analizados. En este punto, entra en juego el machine learning, programas de procesamiento con IA capaces de convertir los datos en algo fácil de leer e interpretar.
Conocido en inglés como Internet of Things, hace referencia a los dispositivos que cuentan con conexión a la red. Estos se dedican a recopilar y enviar datos a las compañías, convirtiéndose en una de las principales fuentes del Big Data.
Son muchos los profesionales que están recomendando la implementación de este tipo de tecnologías, por las numerosas ventajas que pueden tener para la empresa. A la hora de afrontar este reto, es importante definir las necesidades de la compañía para poder adecuar los sistemas. Actualmente, invertir en tecnología significa aumentar la eficiencia de la empresa.
Pese a la inversión que puede suponer la instalación de este tipo de tecnología, se rentabiliza en el corto plazo. Monitorizar los diferentes elementos de la empresa permite verificar su uso eficiente a la par que prevenir sus errores o daños. Otro de los puntos claves es la eliminación de tareas repetitivas, pudiendo enfocar los esfuerzos del personal hacia lo realmente importante.
El uso de diferentes dispositivos en la cadena de suministros permite conocerla al detalle para poder obtener la máxima información sobre ella. Esto repercute en la posibilidad de encontrar sus puntos débiles y solucionarlos para mejorar la eficiencia.
La información es poder, por lo que contar con una buena base de datos significa tomar decisiones más inteligentes y acertadas. Esto puede darse a nivel interno para mejorar y crecer gracias a los datos proporcionados por los diferentes actores, como el departamento de ventas o el de producción.
Además, pueden emplearse a nivel externo. Al realizar fusiones y adquisiciones, es imprescindible contar con información de la empresa. Gracias al Big Data, podemos tener un gran número de datos fiables en los que basar nuestra decisión. Los responsables estarán más seguros y serán capaces de dar a la compañía el rumbo correcto.
En la actualidad, la experiencia de usuario puede marcar la diferencia entre un cliente que realiza una única compra y aquel que se convierte en habitual de nuestra empresa. El IoT es la solución para ofrecerle algo diferente y único y hacerle sentir que participa en el proceso. Esto se consigue dándole acceso al seguimiento de su pedido.
Además, se pueden predecir patrones que nos ayudan a vender más o recordarle que le toca reponer un producto consumible que compra de manera habitual. Con todos los datos en la mano, podemos hacer que nuestro cliente se sienta especial y único en cada compra que realice con nosotros.
Para crecer, la eficiencia es fundamental. Poder realizar todos los procesos en el mínimo tiempo y al mínimo coste implica ser más competitivos. Para ello, la información es clave, ya que nos ayuda a identificar nuestros puntos débiles y tomar la mejor decisión para solventarlos.
Por otro lado, todos estos datos pueden ser básicos para identificar futuras tendencias y adelantarnos a la competencia. La recopilación constante y el análisis en el mínimo tiempo pueden marcar la diferencia en el futuro de la compañía tanto a corto como a largo plazo.
No son pocos los sectores industriales que ya han apostado por este tipo de tecnologías, beneficiando tanto a sus clientes como a sus proveedores y otros grupos de interés. Estos son algunos de los principales ejemplos que nos ayudan a comprender la importancia del IoT y del Big Data.
El sector de la automoción cuenta con un gran número de avances en este campo. Los coches conectados permiten recopilar datos de conducción para realizar motores más eficientes. Los transportistas utilizan el Big Data para generar rutas más eficientes y el IoT para mantener a los clientes informados sobre el seguimiento de los envíos. Otros buenos ejemplos son los coches autónomos. Recopilan información de diferentes sensores del coche y fuentes internas, procesándola y tomando decisiones en la conducción.
El sector de las finanzas también se beneficia especialmente del Big Data. La compraventa de empresas y la inversión de diferentes fondos, como private equity, se nutren de datos para ayudar en la toma de decisiones. La recopilación, el guardado y el uso son las finalidades de esta modalidad de tecnología.
Empresas de venta, como Amazon, utilizan la información obtenida de sus clientes para encontrar y analizar patrones de compra. Gracias a ello, generan algoritmos que predicen comportamientos para instar a los clientes a aumentar su cesta de la compra. La compañía llegó a reconocer que casi el 40 % de sus ventas se obtiene gracias a esta técnica.
En Anquor Corporate Finance, consideramos que las nuevas tecnologías son una inversión segura para el crecimiento futuro de los negocios. Sin duda, las grandes ventajas que ofrecen a las empresas y los ejemplos de aquellas que se están beneficiando de ella son unos buenos motivos. Un uso eficiente del Big Data y del IoT supone una ventaja diferencial en un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
Naming and corporate identity by Little Buddha
